Eternity (in Spanish)
Capítulo 9
Justin POV
Han pasado tres meses desde que Brian me pidió que me mudara y hemos tenido nuestras subidas y bajadas, pero la mayor parte ha sido excitante. No mucha gente consigue ver al verdadero Brian; el que es vulnerable y amable. Guarda profundamente su corazón y su alma, pero por alguna razón me dejó entrar. Tengo que admitir que tengo miedo de que todo se acabe derrumbarlo y perderle.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que olvidé que estaba pintando. Me aparto del lienzo y me confunde la imagen delante de mí. No había visto los ojos a los que estoy mirando desde que tenía dieciséis. Los encantadores ojos verde profundo se clavan en cada fibra de mí ser. Todas las emociones que sentí el día que conocí al joven vuelven a inundarme. Intento sacudir el pensamiento de mi mente, mientras una parte de mi se resiste. Nunca olvidaré mi primera vez, él siempre será parte de mi no importa donde vaya o con quién esté.
Sentándome en el sofá sonrío por el recuerdo, era tan joven y estaba tan asustado. Sabía que era gay pero estaba preocupado por salir del armario y como eso cambiaría mi vida. ¿Cambiaría lo que sentían hacia mí mi familia y mis amigos? La primera vez que lo vi supe en al momento que era él.
Estaba en la pista local de patinaje. Era el lugar para alejarme de mis padres y ser yo mismo durante un rato. No me gustaba especialmente patinar pero me divertía jugando a los videojuegos. Había estado jugando al Pac- Man cuando sentí como cambiaba el aire a mí alrededor abruptamente. Nunca había sentido algo así antes. Me recorrió un hormigueo e intenté concentrarme en el juego pero la imagen que tenía delante parecía distorsionada y la pantalla se quedó en blanco. Cerré los ojos y volví a abrirlos, intentando enfocar. El mundo estaba desquiciado y sentí que mis manos empezaban a sudar y mariposas revoloteando en el estómago. El local se quedó en silencio y mirando a mí alrededor vi que la gente estaba hablando pero no podía oírles. Sus movimientos eran cada vez más lentos hasta que finalmente todo se quedó parado. Con excepción de los latidos de mi corazón.
Girando la cabeza, mis ojos se posaron en el hombre más hermoso que había visto jamás. Parecía un chico malo y eso me encendió inmediatamente. Era un poco más alto de lo que lo soy yo ahora, era delgado pero fuerte. El pelo largo le caía sobre los ojos, y sus estrechos vaqueros rotos se ajustaban a su cuerpo mostrando todos sus atributos. Contuve la respiración y me entró el pánico cuando comenzó a avanzar hacia mí. Se acercó y me lanzó una sonrisa maligna. Seductoramente se quitó su chaqueta militar verde, mostrando una camiseta de The Cure y sus fuertes músculos.
Incluso ahora puedo sentir el aire agolpándose en mi garganta. Recuerdo que la canción ‘Here Comes de Sun’ de los Beatles sonaba al fondo. Casualmente chocó contra mí y yo quería alejarme pero estaba absorto en su presencia. Le sonreí nerviosamente. Él titubeó ligeramente y pareció sobrecogido durante un segundo luego sus ojos se suavizaron y la expresión de su cara se relajó mientras me sonreía.
Suavemente cogió mi mano, alejándonos de la máquina. Instintivamente giré la palma hacia la suya y entrelacé nuestros dedos. Pareció dudar, luego vi como miraba nuestras manos y de nuevo a mí. Sentí mi sonrisa ensancharse mientras el reía inocentemente y me devolvía la sonrisa. Con cuidado colocó su brazo alrededor de mi cuello acercándome, parando un momento para lamerse los labios inconscientemente, luego se agachó para cubrir sensualmente mi boca con la suya.
Con cuidado y ternura deslizó la lengua dentro de mi boca. Su cálida respiración contra la mía me estaba volviendo absolutamente loco. Envolví su cuello con mi mano y profundicé el beso, dejando que mi lengua recorriese la suya mientras nuestros gemidos se convertían en uno. Sentí sus dedos descender por mi espalda, lanzando descargas por la columna. Un susurro escapó de mis labios cuando agarró mi culo firmemente. Aspiré una bocanada de placer mientras presionaba su rigidez contra mi pierna.
Separándome, mire profundamente en su alma, sintiendo sus profundas respiraciones cálidas contra mi piel sensible. Delicadamente rocé su mejilla y su cara con el dedo y luego deslicé la mano a su cuello. Gimió e inclinó la cabeza, dejándome ver brevemente su parte más vulnerable. Recorriendo su oreja con la mano sentí un pendiente. Moví la mano ligeramente para mostrar una pequeña calavera plateada. No pude evitar reír mientras susurraba ronco contra su oído. “Verdaderamente eres un chico malo.”
“No tienes ni idea,” contestó, con la lengua en la mejilla. Sin decir más me agarró de la mano, llevándome a una de las habitaciones reservadas libre. Cerró con cerrojo la puerta detrás de nosotros. Me miró durante un momento intensamente antes de devorar mi boca con la suya y yo embestí contra la suya con gran necesidad. Nunca había sentido nada tan intenso y lleno de pasión antes. Su mano arañó dulcemente mi cuerpo mientras me giró de cara a la pared, a la vez que susurraba agradables y tranquilizadoras palabras. Aún hoy no estoy seguro de si era consciente de sus frases de amor y deseo. Sus palabras fueron más conscientes mientras decía dulcemente en mi oído. “Tendré cuidado. Sé que es tu primera vez.” Su cálida respiración contra mi cuello hacía que me temblase todo el cuerpo y dejé que me llevase a un nuevo nivel de pasión y urgencia.
Después de que nuestros cuerpos se hubiesen unido como si fuesen uno, recolocó nuestras ropas mientras recuperamos la respiración. Con cuidado me acercó a su pecho, recorriendo suavemente mi mandíbula con el dedo. Se agachó, besándome de nuevo y susurró, “¿Estás bien?” Sé que debí sonreír estúpidamente mientras asentía con la cabeza. Miró en mis ojos durante un largo rato, casi como si estuviese buscando respuestas. Luego dijo suavemente “¿Cómo te llamas?”
De repente no pude hablar. No estaba seguro de qué decir. Una parte de mi quería decirle mi nombre, pero supe que si lo hacía sería real, y no sería capaz de esconderlo más. Aún hoy no estoy seguro de porque tomé la decisión que tomé, pero me quedé callado, nunca le dije mi nombre. Recuerdo ver el dolor del rechazo en sus ojos. Me soltó y en ese momento todo lo que quería hacer era alcanzarle para decirle mi nombre; simplemente para decirle como me hacía sentir, pero no pude.
Abriendo la puerta se giró hacia mí mientras una única lágrima rodaba por su mejilla. Se marchó y no volví a verle. Es de lo que más me arrepiento en mi vida. Intento desesperadamente no pensar en lo que quiera que haya sido del joven que cambió mi vida hace tantos años.
Levantándome vuelvo al lienzo. Los colores a su alrededor son muy psicodélicos; más como un viaje de ácido de los que tuve cuando era joven. Río calladamente, dejando un beso en las puntas de mis dedos y presionándolos sobre el dibujo, dejando que el color empape mi piel. El ruido de la puerta del loft deslizándose me saca de mis pensamientos.
Brian camina hasta colocarse detrás de mí, poniendo sus brazos alrededor de mi cintura apoya la cabeza en mi hombro y besa mi oreja. “¿Qué es eso?” señala la pintura. Es diferente de lo que sueles pintar.” Ríe ligeramente. “Las únicas palabras que me vienen a la mente ahora mismo son ‘coo, coo ca choo’.” Girando en los brazos de Brian me mira con una expresión seria. “¿Quién es el tipo del dibujo?”
Estoy totalmente sin palabras. Si se lo cuento, ¿Actuará Brian de otra forma o incluso me pedirá que me marche? Me aclaro la garganta y le doy la respuesta más honesta que puedo encontrar. “Solo un viejo fantasma.”
Se aparta un poco y veo el dolor en sus ojos avellana. “¿Quieres hablar de ello?”
Niego con la cabeza. “Brian, realmente no creo que quieras oír hablar de mis errores y arrepentimientos pasados" Me mira atentamente, solo con sus ojos; me anima a seguir. Dejando escapar un aire que no sabía que estaba reteniendo y comienzo a hablar. “Fue el primero. Dios, era tan joven y estaba tan asustado. Después de todo me preguntó mi nombre pero me cerré. Por alguna razón, simplemente no pude decírselo. Habitó en mis sueños durante mucho tiempo y finalmente le dejé ir; le liberé en mis pensamientos. No había pensado en él durante mucho tiempo, entonces hoy de repente, aquí está, en mi lienzo como si hubiese sido ayer.”
Mirando a Brian, no puedo descifrar su expresión. Es una que no le había visto nunca. Apoya su frente en la mía de nuevo, rodeando mi cuello con la mano. Sus ojos avellana llenos de remordimiento, se aclara la garganta y luego dice. “Sin excusas ni arrepentimientos. Prométemelo, ¿vale?”
Acaricio su mejilla con las puntas de los dedos. “Lo prometo” Estoy confundido; hay algo diferente en Brian. Parece tan abierto y tan cerrado al mismo tiempo y me pregunto si es mi confesión sobre este hombre de mi pasado lo que le ha molestado.
Se aleja de mí, sonriendo misterioso. “Ahora vamos, Sunshine, solo tengo treinta minutos antes de tener que ir a cazar un vestido de boda.” Tiembla exageradamente. “¡Dios nos asista! ¿Eso no es trabajo de la madre?”
Acercándole rió. “¿Quieres a un atajo de lesbianas ayudándola a elegir el vestido?”
Ríe conmigo. “Lo cojo, ahora lleva tu dulce culito arriba para que pueda demostrar mi agradecimiento.”
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Brian POV - Tienda de novias
Lindsay mira alrededor de la tienda de novias con una chispa brillante en los ojos. Me sonríe brillantemente antes de sentarse en un sofá victoriano de color crema. Coloca las manos entre las rodillas. “No puedo creerlo Brian. Nuestra niñita se casa.”
Levanto una ceja y cojo uno de los espantosos vestidos que Lindsay ha escogido para que se lo pruebe Gwen. “Lo que no puedo creer es esto.” Sacudo el vestido ante Lindsay. “Es un jodido tutú con margaritas. ¡Ugh!” Me avergüenzo y me divierte la torcida mirada de Lindsay.
“Brian, es un vestido bonito. Creo que le quedaría genial.”
Justo en ese momento Gwen sale con una expresión horrorizada en la cara y no puedo evitar reírme. El vestido que lleva tiene un aire del viejo sur, completado con una gran falda con cancán.
Gwen me mira. “Papi, esto no es gracioso… Yo…. Parezco una…. Una… ¡ahhh! ¡Parezco una freak!”
Levanto el largo vestido de tul con la mano y lo sacudo un poco. “Ten,” digo mientras me acerco a Gwen con una sonrisa en la cara. “¿Por qué no te pruebas este? Tu madre tiene la impresión de que te quedará bonito.”
Da una patada como solía hacer cuando era joven. “¡Sois imposibles!” gruñe, girando y volviendo al probador.
Miro a Lindsay y nos reímos por lo bajo. “Vale, Brian, tal vez tengas razón. Realmente ese no es el estilo de Gwen, ¿verdad?”
“¿Tú crees?” repito sarcásticamente.
Lindsay se levanta. “Iré a hablar con ella.”
Dulcemente coloco la mano en los hombros de mi querida amiga. “Déjame a mí, ¿vale?” ella asiente con la cabeza en aprobación. Llamo suavemente a la puerta del probador. “Guinevere, ¿estás bien?”
Abre la puerta y las lágrimas caen por su cara mientras se lanza en mis brazos rápidamente. “Papa, lo siento estaba siendo tan princesa del drama.”
Sonrió apartándola. “Está bien.”
Baja la vista al vestido y luego me mira. “¿Dónde está tita Em? Pensé que el…”
Antes de que pueda terminar su pensamiento Emmett irrumpe en el vestíbulo. “¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí!” para a media zancada, cubriéndose la boca escandalizado. “¡Oh dios! En nombre de dios ¿qué llevas puesto, cielo? ¡Es simplemente horroroso!”
“Mamá lo eligió” responde secamente.
Emmett deja escapar un suspiro y empieza a desabrochar el corsé de Gwen. “Oh vale, no digas más. ¡Nunca jamás, dejes a una lesbiana hacer el trabajo de una reina!” dice con entusiasmo. “No tienen sentido del estilo. No te preocupes. Tengo planes para ti; ¡maravillosos, fabulosos planes!” Agarra su mano y la arrastra por el vestíbulo, con el vestido deslizándose lentamente por sus hombros. “¿Tienes una talla 8?”
Ella sonríe. “Sí, talla 8”
“Bueno tengo algunos vestidos elegidos para ti en un estilo que creo que te gustará. Pedí esto especialmente para ti.”
Lindsay nos mira con los ojos muy abiertos. “¿Qué está pasando?”
La cojo de la mano. “Vamos mami, la tita Em tiene planes fabulosos para nuestra niñita.” Ella me sonríe relajándose un poco.
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Gwen POV
Entro en la habitación que ha preparado Emmett y dejo escapar un gemido. A mí alrededor están los vestidos más bonitos sobre los que jamás haya posado la vista. Todos en estilo celta y medieval, en todos los colores. “Esto es tan sorprendente. No puedo creer que pidieses todo esto especialmente para mí.”
Emmett me sonríe. “Eres mi sobrina favorita, cariño, por supuesto que lo hice.”
Le beso en la mejilla y me golpea en el hombro. “Bueno, pequeña, vamos a ello. Encuentras algo que te haga titilar.” Ríe y da palmas ante mi obvia diversión.
Justo delante veo el vestido de mis sueños. Lo cojo junto a la mano de tita Em. “Ven ayúdame a ponerme este.”
Sonríe ampliamente. “Claro, por supuesto.”
Me quito el horrible vestido anterior, y me pongo la seda granate interior que desciende hasta los tobillos. Tiro del elástico y lo subo hasta el pecho. Emmett me ayuda a colocarme la parte exterior. La parte superior es un corsé hecho de seda negra, con un diseño de dragones rojos y naranjas y nudos celtas amarillos. Flecos de terciopelo negro caen por mi cintura y mis caderas mostrando en medio una sección granate.
“Vale, cariño, necesito que contengas la respiración un momento para que pueda atarte esto.” Me mira en el espejo por encima de mi hombro mientras me miro a mi misma. “Sabía que elegirías este,” sonríe mientras ajusta el corsé. Soltando la respiración subo las manos hasta el escote sorprendida. “¡Oh Dios mío, Em, tengo tetas!”
Ríe. “Bueno eso es lo que tienen de maravilloso los corsés, cielo. Realzan el pecho y estilizan la cintura. Desearía que alguien hiciese algo así para hombres centrándose en las partes bajas,” Se pierde en sus pensamientos durante un momento, luego ríe, moviendo las manos teatralmente. “Oh bien, ¿En qué estaba pensando? Estoy bien dotado, no necesito ese tipo de cosas. Sin embargo siempre quise un buen culo. Se gira colocándose la mano en la cadera mirándose el culo lo mejor que puede. “¿Qué crees? ¿Debería arreglarme el culo?”
Le golpeo en el brazo juguetonamente. “Eres tan divertido. Te quiero tita Em, y no, no lo retoques. Tienes un culo perfecto. Demonios, si yo tuviese polla y fuese un hombre gay y no familiar...” doy un paso atrás y le miro de arriba abajo y le sonrío y guiño juguetonamente. “Si, te follaría.”
Sonríe de oreja a oreja colocando las puntas de sus dedos en el pecho. “¿De verdad? ¿A esta vieja reina? Bueno, pequeña, me alegras el día.” Adopta una expresión soñadora y suspira. “Quizá, algún día dentro de poco un jovencito se quede extasiado conmigo.”
No puedo evitar reír. “Bueno, nunca se sabe. Si el tío Teddy puede encontrar jovencitos guapos, tu también.”
“¡Oh no!” Tío Teddy recoge niñatos tarados. No gracias.” Sube la mano negando con la cabeza. “Bueno, ahora te mostraremos fuera. Estás increíble.”
Girando hecho otro vistazo al vestido. “Gracias por encontrar este vestido.” Le beso en la mejilla. “Te quiero, tita.”
Me devuelve el beso. “Yo también te quiero, corazón. Ahora arremanguémonos y vayamos a mostrarte ante tus padres.”
Camino hacia la habitación donde están mamá y papá, y puedo sentir las fuertes emociones que se levantan en la habitación. Mamá parece un poco confusa y mira instantáneamente a papi. El tiene un brillo en sus ojos que significa que lo aprueba.
“Bueno, ¿qué os parece?” digo enseñándoles mi nuevo vestido.
Mamá rompe el silencio. “Cielo, es precioso, pero es el día de tu boda. ¿No quieres ir de blanco?”
Estoy a punto de decir algo cuando papi se mete. “Lindsay, no es como si fuese virgen o algo así. Es su boda.” La mira severamente. “No la tuya. Si ella quiere casarse de negro y granate, déjala. Es su día.” Me sonríe con cariño. “Estas increíble, calabaza.”
Mamá sonríe. “Cariño, estas preciosa. Lo siento.”
Papá la sonríe. “Perdona a mamá, ella siempre quiso una gran boda hetero con un gran y esponjoso vestido blanco. Si he entendido bien quieres este vestido, ¿o vas a probarte otro?”
Bajando la vista, muestro una gran sonrisa en la cara. “No, será este. ¿Qué crees que dirá mamá Mel?”
Papi se calla, “¿A quién coño le importa lo que diga?”
Mamá le golpea en el estómago y él grita de dolor. Ella se ríe de él. “Compórtate, Brian. Honestamente, los dos sois peores que los niños.” Mamá me agarra de la mano. “Creo que mama Mel tendrá que acostumbrarse, pero mientras sepa que eres feliz ella también lo estará.”
“Yo estaría feliz si ella se fuese muy, muy lejos,” dice papá con voz cantarina.
Mama le recompensa frunciendo el ceño. “Brian, ¡para!” intenta golpearle.
El se aparta. “¿Qué? Solo estoy formulando un deseo. Dios, lo que daría por un poco de polvos de hada ahora mismo,” la contesta sarcásticamente.
Tita Em simula esparcir polvo de hada con un gesto. “¿Alguien ha pedido un deseo?”
Papá se aclara la garganta. “Si, quizá que te largues”
Miro como Emmett abandona la habitación y vuelve. “¡Oh, oh, oh! Casi olvido el detalle final.” Saca una corona de flores granates, amarillas y naranjas para coronar el pastel perfectamente. En la parte trasera cuelga un velo granate. Lo coloca en mi cabeza delicadamente. “Oh, esto es simplemente perfecto cielo.” Corro rápidamente al espejo y no puedo estar más de acuerdo. Es todo lo que siempre quise y más.
Después de comprar el vestido y el velo papá me pregunta, “La próxima semana es tu cumpleaños. ¿Tienes planes de lo que quieres hacer?”
“Bueno, ayer cuando iba conduciendo vi que han re- abierto la vieja pista de patinaje de la calle Oak. Pensé que sería divertido que fuésemos todos juntos como una familia.” Lo que olvido mencionar es la poderosa atracción espiritual que tuve respecto al edificio y mi casi desesperada necesidad de llevar allí a papá y a Justin. Realmente es extraño y sin embargo poderoso.
Mami chilla con alegría. “¡Oh Dios mío! ¿Han re-abierto ese lugar? Oh cielo, ¡sería tan divertido!” sonrío de acuerdo mientras me abraza.
No estoy segura de que nadie más se dé cuenta pero papá se pone muy pálido de repente y veo una sombra de lágrimas concentrándose en sus ojos. Sólo dura una milésima de segundo antes de que recupere la compostura alejando sus emociones hasta que desaparecen. “Claro, si es lo que quieres hacer, pero no esperes que me suba a unos putos patines.”
Mamá le golpea juguetonamente. “Aguafiestas. Sabes que te gusta patinar. Eras muy bueno, lo recuerdo bien.”
Sonríe tímidamente. “No lo era.”
Vuelvo a mirar a papá y sus ojos continúan enigmáticos. Sé, sin lugar a dudas, que tiene que ver con la pista de patinaje. Había oído trabajar a los espíritus de formas misteriosas, pero desearía tener una pequeña pista en esto. Solo espero no estar abriendo la caja de Pandora.
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Brian POV
Cuando vuelvo a casa, el loft está en silencio. Camino hacia Justin, que está dormido en el sofá. Le beso en los labios y no despierta. Caminando hacia su cuadro miro al joven en el lienzo. Una parte de mi se pregunta porque ha vuelto este viejo fantasma a atormentar a mi amante. Después de pararme y mirar la pintura durante un rato decido darme una ducha.
Subo los escalones de la habitación y no estoy seguro sobre como sentirme exactamente ante lo que lo que vi y lo que sé. Mis emociones se están disparando rápidamente sin mi control. Estoy intentando profundamente que no me afecte el pasado de Justin, pero es todo lo que veo y está justo ahí mirándome de frente. Es alardear de algo que tuvo una vez y quiere que vuelva. No sé si alguna vez podré darle lo que quiere aunque lo estoy intentando. Tengo tanto miedo de fallarle.
“¡Mierda!” recorriendo mi pelo con los dedos camino hacia la cajonera y abro un cajón. Saco una cajita de marfil ovalada. La abro y saco el pequeño objeto que tiene dentro, pero no lo miro. Lo aprieto fuerte mis dedos y camino hacia el baño.
Enciendo la ducha y aprieto el objeto con fuerza, sintiendo el dolor extenderse por mi mano mientras sus contornos muerden mi piel. El vapor del agua caliente comienza a llenar la habitación y yo comienzo a relajarme, sintiéndome más a gusto sabiendo que Justin no puede oírme. Suavemente tarareo una vieja melodía de mi pasado.
Abriendo la mano bajo la vista a la vieja calavera de plata sobre mi mano. Las lágrimas empiezan a formarse en mis ojos mientras recuerdo esa noche hace tantos años. Acercándome al espejo, limpio el vaho que lentamente está cubriendo el cristal. Giro la cabeza ligeramente y pongo el pendiente en mi oreja, mirando mi reflejo.
Veo una representación mucho más sofisticada del chico que una vez fui. Durante
un momento veo el fantasma de aquel adolescente joven con lentillas verdes y
desgreñado pelo teñido de negro. Me quito el pendiente y canto dulcemente. “Here
comes de sun, here comes de sun and I say it’s all right.” Me limpio las
lágrimas y vuelvo a cerrar esa parte de mi vida. No tengo intención de revelar
mi secreto a Justin.
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