Eternity (in Spanish)

 

 

 

Capítulo 8

 

 

 

 

 

Gwen POV

Esta mañana al despertar tengo la extraña sensación de que algo significativo ha pasado entre Justin y mi padre. Cuando llamo a Papá a ver que tal, está a punto de salir y promete encontrarse conmigo para comer en nuestro restaurante favorito de comida china.

En el restaurante le echo un ojo a mi reloj y me doy cuenta de que va a llegar tarde. Río para mí cuando entra justo en ese momento. Se abre paso con despreocupación pareciendo frío y tranquilo pero veo al instante la tensión que tiene en su interior.

Se inclina y me besa en la mejilla. “Lo siento, llego tarde, Calabaza. Estaba en una reunión que se alargó”

Le sonrío. “No pasa nada, papi. Sé que te gusta llegar elegantemente tarde además, sentirlo es una chorrada de todos modos” sonrío socarrona y juguetonamente le guiño el ojo.

Sonríe y se sienta frente a mí. “¡Mocosa!” dice en tono provocador mientras despliega y coloca una servilleta sobre su regazo. “Me sorprendió saber de ti esta mañana. Pensé que estarías, Dios me libre…” hace una mueca y baja la voz “follando hasta…bueno, creí que pasarían días hasta que supiese de ti. ¿Va todo bien entre tú y Jonathan?” pregunta con sinceridad y puedo ver la preocupación en sus ojos.

Me sonrojo “Sí, papá, Jonathan y yo estamos bien. La verdad es que mejor que bien”

Sacude la cabeza divertido “Bien, pero no quiero oír nada de tu pervertida vida sexual hetero. Puedes guardártelo todo para ti. Mientras estés bien no tengo razón alguna para rajarle la garganta a Jonathan” Coge el menú y le echa un vistazo “¿Pedimos?”

Tras pedir la comida papá nos escancia una taza de té de ginseng. “Me alegro de que todo esté bien entre vosotros pero no me has dicho por qué me llamaste tan temprano esta mañana”

Un poco nerviosa tomo un sorbo de té caliente, preguntándome cómo voy a sacar sutilmente el tema de Justin. “¿Necesito una razón? Solo quería hablar con mi padre. Quiero decir, anoche salí corriendo como una loca. Quería asegurarme de que no estabas enfadado” suspiro para mi ante mi mentirijilla.

Encoge sus hombros. “Tenias cosas que ver, gente que hacer”

Charlamos un rato sobre la boda y las cosas de familia hasta que llega la comida. Es ahí cuando decido tirarme a la piscina. Papá no ha mencionado a Justin pero puedo ver que está pensando en él. “Jonathan me ha dicho que Justin vino antes a la ciudad para sorprenderte anoche. ¿Cómo le va?”

Mira al suelo cuando pregunto y le tiemblan ligeramente los palillos pero se recompone pronto. Levanta la cabeza y sonríe. “Está bien” Los sentimientos de papá están muy bien guardados pero puedo notar al instante un cambio en su interior. Puedo sentir toda la aprensión y el amor que tiene por Justin. También puedo sentir su miedo por todas esas emociones que jamás ha sentido antes. Concentrándome aún más, siento repentinamente un intenso dolor en la espalda que sé que no es mío. “Papi ¿te sientes bien? Me preocupas por todo el trabajo que te echas encima. ¿Está bien tu espalda?”

Levanta la vista, sobresaltado y tiene una expresión confusa en la cara. “Gwen ¿cómo coño haces eso? Puedes ser tan freak a veces” me sonríe haciendo que el tono duro se evapore de su voz.

“Lo siento, papá, solo es que me preocupa ¿sabes?” Mierda, esto no va por donde yo había planeado y ahora he asustado a mi padre, joder. ¿Por qué coño no puedo mantener la cremallera cerrada?

Posa su mano sobre la mía. “No pasa nada, calabaza. Es solo que no se lo había mencionado a nadie, pero sí, mi espalda lleva dándome guerra un par de meses. Supongo que no debería estar sorprendido. Puedes sentirlo al igual que tu bisabuela podía” Vacila por un momento. Continua tomando una gran bocanada de aire y sus palabras me pillan con la guardia baja “También tenía visiones, como tú”

“¿Qué? ¿Quieres decir que sabes lo mío? Me refiero…” bajo la voz. “¿Sabes lo de mis dones espirituales?”

Sonríe tristemente y palmea mi mano “Siempre lo he sabido pero deseaba que no te atrapase como lo hace…” Tiene una expresión distante en la mirada.

“¿Con la abuela?”

Sacude la cabeza diciendo que no, dejando que sus ojos avellana traspasen las profundidades de mi alma. Coge mi mano y la aprieta cariñosamente. “Conmigo. Nunca deseé que te atrapase como hizo conmigo”

“No lo entiendo. Tú no lo tienes. Nunca notaste cosas como…como esto, quiero decir. A ti no te vienen así…no te ofendas” Sé que estoy enredándome con las palabras pero estoy confusa. Nada de esto tiene sentido. Puedo sentir mi cuerpo tensarse.

“Guinevere, relájate y respira profundamente” Su voz comienza a calmarme. “Así, Calabaza, eso está mejor. No te preocupes. No me ofende en modo alguno lo que acabas de decir. Créeme, he trabajado duro para construir esta personalidad de corazón frío. También aprendí muy joven cómo desconectarlo. Me refiero a mi don espiritual como tú elocuentemente lo has descrito. No me gusta demasiado sentir. Duele notar las heridas de la gente que me rodea” Aparta la vista y traga saliva. “Dolía sentir lo que verdaderamente sentían mi padre y mi madre por mi” Se aclara la garganta y su tono se vuelve áspero “De todos modos, ya es suficiente. Un día dejé de sentirlo. Jamás volvió a preocuparme hasta el día que naciste. También continuó con Gus. Como estamos unidos por la sangre, podemos percibir el dolor unos de otros” Sonríe y me mira suspicaz. “Esa es la verdadera razón por la que llamaste esta mañana ¿No? Notaste un cambio entre Justin y yo esta mañana ¿verdad?”

Asiento, mi mente aún reverberando con toda esta nueva información. Papá sonríe satisfecho y se recuesta en la silla con una expresión petulante. “Lo sabía” Su arrogancia se desvanece dejando sus emociones abiertas de par en par “Creo que Justin se me declaró esta mañana”

Saca una pequeña cajita verde del bolsillo de su abrigo y la posa en la mesa. Jamás había visto a mi padre tan vulnerable. Estoy confusa porque pensaba que Jonathan me dijo que el anillo iba en una cajita de madera. Miro la cajita suspicaz. “¿te entregó Justin un anillo?” Siento mi voz flaquear y tornarse suave.

Ríe “No” Abre la ranura y muestra un anillo de platino con pequeños soles grabados. “Por esto es por lo que llegué tarde a comer. Lo encargué la semana pasada y acaba de llegar”

Alcanzando la cajita, me detengo. “¿Puedo coger el anillo?” Asiente con una expresión desconcertada.

Sonrío mientras sostengo el objeto en mi mano “Las joyas son muy espirituales y sagradas para mí. Guardan piezas de nuestra alma, así que siempre pregunto antes de tocar el espacio sagrado de alguien”

Sonríe y asiente aprobador. “Eres sabia mucho más allá de tu edad. Una vez mi abuela me dijo lo mismo”

“También me lo dijo a mi” Le sonrío maliciosa.

“Eso no puede ser” jadea. Luego baja la voz hasta que es casi un suspiro. “Murió antes de que tu nacieses”

Miro a mi padre, me encojo de hombros con timidez y hablo despacio “Como has dicho, tengo el don” Cierro mi mano en torno al anillo y puedo sentir el amor que mi padre tiene por Justin irradiando del metal “¿Cuándo vas a pedírselo?”

 

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Brian POV

Mierda, no pretendía que Gwen supiese mis más profundos secretos ni lo del anillo. Joder ¿Cómo ha pasado todo esto? Aprieta fuerte el anillo, sonriendo, y puedo ver que sabe de verdad cómo me siento pero es duro para mí admitírmelo. Ni siquiera sé por qué compré el anillo. Simplemente sentí la todopoderosa urgencia pero nunca quise…quiero decir nunca pensé que se lo fuese a dar a él. Ahora mi niña quiere saber cuándo y yo no sé qué decir. Puedo sentir el nudo en mi garganta “Guinevere, para ser sincero, no lo sé. Ni siquiera sé si lo planee. No creo que pueda”

Se ríe suavemente. “Oh, papá ¡por el amor de Dios! Le compraste a Justin un maldito anillo con el sol radiante por todos lados. Le llamas así pero ¿nunca pensaste lo de dárselo?” habla despacio pero sus palabras son directas y van al grano. “¿Has perdido la maldita cabeza? Es platino, no un anillo barato que compras en el todo a cien. Es una pieza de joyería carísima ¿y no pensabas dársela? Déjalo, papá. Estás tan loco por él que harás cosas solo para demostrar tu amor. Sé que estás asustado, joder; muy asustado de salir herido pero mejor que pienses lo que quieres y lo pienses pronto. Si no le das este anillo, él planea darte uno. No sé cuándo pero sé que tiene uno. No quiero veros heridos a ninguno de los dos, así que mejor decide lo que vas a hacer, o lo que quieres antes de que sea demasiado tarde” luego susurra “antes de que le pierdas para siempre”

Estoy tan sorprendido por lo que acaba de decirme que estoy literalmente sin palabras. Abro la boca para hablar pero no puedo. Por fin encuentro mi voz y las palabras empiezan a salir de mi boca. “Lo que más me asusta es herirle. Si no le alejo ahora, puedo herirle después” Paso mis dedos por el pelo sin creerme este giro del destino “Joder, no me puedo creer que él me haya comprado un anillo también. ¡Mierda!”

“Papi, ¡déjalo! Si le echas ¿qué lógica tiene? Echarle es herirle. No importa, con el tiempo os haréis daño mutuamente y luego os reconciliareis. Así es la vida, se llama relación pero la cuestión, supongo que lo que te estoy preguntando es: ¿Crees que Justin merece ese tipo de lucha?”

Asiento, levanto la vista y nuestros ojos se encuentran. “Sí, lo merece”

Toma aire con fuerza relajando sus hombres. “Bien, porque él no te ha comprado un anillo. Maldita sea, lo ha hecho él con toda su alma y todo su corazón. Él no sabe que yo lo sé. Ni siquiera debería estar diciéndotelo pero lo hago solo porque quiero que esto funcione entre vosotros y guardar secretos como ambos hacéis, solo complicará las cosas. Así que deja de contener tus sentimientos y ¡haz algo!”

A pesar de que Gwen me está diciendo la verdad y contándome los hechos, aún quiero correr y esconderme. El mundo que yo conocía está cambiando y no estoy seguro de si me gusta o no “¿Qué utilidad tiene? De todos modos no es legal que se casen personas del mismo sexo. No podrá ser”

“¿Ser qué? ¿Amor? No tiene porque ser legal. Este jodido gobierno no sabe una mierda sobre el amor. Yo lo veo en tu espíritu cada vez que estás cerca de Justin. Todo el mundo lo ve, hasta Tío Michael, quien sé que te ama desde la infancia. Todos queremos que seas feliz”

“¿Tú y Mikey habláis sobre mi y Justin?” Sé que debería cabrearme que hablen a mi espalda o incluso cómo Gwen me está hablando pero por alguna razón no estoy cabreado. De hecho, estoy sinceramente conmovido de que ella pueda ser tan franca conmigo.

Gwen ríe “Sí, fuimos a Woody´s la semana pasada. Él está feliz de que hayas encontrado a alguien. También es un borracho gracioso. Tuve que llevarle a casa. Tío Ben estaba dormido así que hablamos en el salón después de que le dejase allí. Compartimos un porro”. Se encoje de hombros y le da una risilla “Empezó a hablar de ti y de las locuras que hacíais. Se pone sentimental cuando se coloca ¿no?”

No puedo evitar reír. “Sí pero le quiero. Siempre le quise y siempre le querré pero nunca del modo que él quería. Aún así hemos pasado buenos ratos, eso seguro”

 

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Brian POV - Ese mismo día, más tarde.

Cuando vuelvo a casa de trabajar, veo que Justin está preparando su bolsa de viaje. Levanta la vista y sonríe con cautela. Voy detrás de él y le rodeo con mis brazos, besando suavemente su cuello justo bajo la oreja. “¿A dónde vas?”  Susurro roncamente.

Justin se gira con lentitud, colocando en mi cara sus manos. Mi corazón se hunde en el pecho cuando veo el dolor sordo de sus ojos empañados. “Brian, creo que es hora de que me vaya. Esta mañana me caló hondo lo diferentes que son las cosas que queremos. Por mucho que yo quiera asentarme y estar con una sola persona, sé que tú no estás preparado y yo no puedo estar contigo a menos que queramos lo mismo” Sus ojos están húmedos. “Te amo demasiado y no podría soportar que me hieran de nuevo, así que si me voy ahora yo…”

Me inclino capturando sus labios con los míos y puedo sentir mis emociones invadirme. Mi voz se rompe cuando intento hablar. “Justin, no te vayas” rompo el abrazo y camino hacia la ventana, encendiendo un cigarrillo. Me pregunto que voy a hacer o decir.

Justin camina tras mis pasos y estrecha sus brazos alrededor de mi cintura. “Bien, si quieres que me quede, lo haré pero Brian, no sé cuanto más podré hacer esto”

Doy una larga calada y dejo que el humo llene mis pulmones, luego lo expulso. Apago el cigarrillo. “Entonces no lo hagas. No quiero que lo hagas” Sueno más áspero de lo que pretendo.

Justin sofoca un jadeo y veo las lágrimas oscilar en sus pestañas. “Está bien. ¡Mierda! Te amo, Brian” Pasa sus dedos por el pelo, luego se aleja. Le contemplo mientras coge su bolsa y empieza  a salir del loft.

Sé que no puedo dejarle ir. No puedo perder al único hombre que me ha dado sentimientos de amor y esperanza. Me aclaro la garganta. “Justin, creo que me has malinterpretado. Quiero decir que yo tampoco quiero continuar así” Camino hacia él y tomo su mano izquierda. Aún no estoy preparado para declararme pero al menos quiero aliviarle. Sin palabras toco su anular, acariciando con mi pulgar el lugar donde sé que debería estar el anillo de platino. Miro profundamente en sus ojos azules. “Cuando dije que quería que te quedases, no me refería sólo a esta noche” Miro en sus ojos esperando que entienda exactamente lo que le estoy diciendo.

Justin deja escapar un jadeo y una sonrisa. “¿Qué? Brian Kinney, ¿te estás declarando?”

Dejo escapar una sonrisa astuta “No he dicho eso” Me inclino y le beso apasionadamente. Mis labios viajan a su nuca, acariciando y tomando su esencia, entonces le susurro. “Dame tiempo, pero por ahora, recuerda que solo te quiero a ti” Repentinamente siento gozo y serenidad fluyendo del ser de Justin y me doy cuenta de que ya no sólo estoy implicado con mis hijos.

Justin se separa, mirando profundamente a mi alma “Eso me gustaría” Sonríe, sabiendo que no hay más que decir. Me besa con suavidad y me lleva hacia la cama.

Lentamente nos quitamos las ropas, saboreando cada caricia y cada gusto. Al tumbarlo en la cama, me doy cuenta de cuánto me estoy enamorando de este hombre y cuanto necesito sentirle; cada parte de él. Besándole fervientemente, alargo la mano para coger un condón y lubricante. Me tumbo de espaladas y le paso el condón a Justin. Me mira confuso, luego abre el envoltorio con los dientes. Se me escapa un hondo gemido solo por verle. Está a punto de ponerme el condón cuando le parto la mano “No” Aclaro la garganta, cogiendo el condón y desenrollándolo sobre su miembro. “Ten cuidado. Ha pasado mucho tiempo”

Asiente comprensivo y sonríe ampliamente, sabiendo cuanto de mí le estoy dando. Nuestros ojos se clavan mientras nuestros cuerpos encuentran un ritmo que revela sentimientos secretos y ocultos.
 

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