Eternity (in Spanish)
Capítulo 24
Brian POV
Volviendo al jardín trasero envuelvo a Justin en mis brazos apoyando suavemente la barbilla sobre su hombro. “Gracias,” susurro en su oído.
Justin se gira en mis brazos y me sonríe travieso. “Oh, no, ¡gracias a ti! Creo que este entra en nuestro top ten.”
Apoyo la frente contra la suya, lanzando una carcajada. “No quería decir eso”
Justin se aparta ligeramente con una expresión seria en la cara; acaricia mi brazo con ternura. “Sé lo que quieres decir y...” para durante un momento y me mira a los ojos, puedo ver las emociones que quedan en sus cristalinos ojos azules. Se aclara la garganta y dice dulcemente. “Haría lo que fuese por ti.”
Le sonrío tratando de contener mis emociones. Agachándome capturo sus labios en un beso apasionado; me devuelve el beso con fervor. Lame mi boca con su lengua y abre los labios permitiendo que nuestras lenguas bailen juntas, jugando en el jardín. Me pierdo en su tacto y su sabor. Escuchar la voz de Lindsay me devuelve instantáneamente a la realidad. La marimacho parece frustrada.
“Brian, ¿dónde habéis estado? la despedida de soltero ya ha empezado y... ¡Y!”
Me giro y la sonrío sin querer revelarle lo que ha pasado con mi madre. Avanzo hacia ella y la beso en la mejilla. “Ya estamos aquí; la fiesta puede empezar.”
Se enrabieta y me sonríe ligeramente. “Vale”
Agachándome susurro en su oído, “Y, Lindsay, deberías cambiar las sabanas antes de acostarte esta noche,” me aparto sonriendo mostrándole el viejo gesto de la lengua en la mejilla.
Lindsay jadea y luego se sonroja. “Oh Brian.” Niega y entierra la cabeza entre las manos riendo. Me mira. “¿Nunca tienes suficiente?”
Miro hacia Justin agarrando su culo esculpido perfectamente. “No, nunca es suficiente.” Justin se sonroja y me encanta obtener esa reacción de él.
Lindsay enlaza su brazo con el mío y luego con el de Justin. Avanzamos por el césped, se gira hacia mí. “¿Has visto a Gus?”
Carraspeo sin querer desvelar aún los acontecimientos de esta tarde. “Creo que es mejor que le pidamos a Gwen que vaya a buscarle. Esta arriba en la habitación con Zack y Sara.”
Lindsay se suelta rápidamente de nuestro brazo. “Mierda, le dije que no podían subir porque... porque ellos... yo...” se traba con las palabras de forma confusa.
Envuelvo sus hombros con los brazos. “¿por que no querías que hiciesen lo que solíamos hacer en tu habitación?” se gira en mis brazos, me mira con un gemido y le levanto la ceja.
“Si, exactamente; son tan jóvenes.”
Coloco los dedos bajo su barbilla dulcemente y miro directamente en sus ojos castaños. “Lindsay nosotros éramos más jóvenes... no importa dónde vayan, tendrán sexo, mejor que sea en un sitio seguro.”
Noto como sus labios tiemblan ligeramente. “Pero le dije que no lo hiciera en la casa.”
Acerco la cabeza a la suya. “Y yo les dije que fuesen más discretos.”
“!¿Eh?... ¡Oh! ¿Quieres decir que les pillaste?”
Río ligeramente. “Casi.” De repente mis pensamientos vuelven a Gus y mi madre. Trato de contener mis emociones. Aunque Lindsay siempre ha sido capaz de leerlos como un libro abierto.
Lindsay me mira preocupada y me besa castamente en los labios. “Hay algo que no me estás contando,” dice suavemente.
Asiento. “Apareció mi madre.” Escucho romperse mi propia voz.
“¡Oh Dios mío!” se estremece visiblemente “¿Va todo bien?”
Pongo los ojos en blanco. “Digamos simplemente que la jefa los pilló en el sofá. Y cuando llegué todos estaban vestidos así que supongo que estaban dándose el lote”
“Oh mierda.”
“Se puso bastante feo. Así que tómatelo con calma con Gus, vale”
Lindsay asiente y sonríe. “Ni si quiera lo mencionaré y tienes razón en que nosotros también fuimos jóvenes.” Me recorre la mejilla con la mano. “¿Estás bien?”
Cerrando los ojos, inspiro profundamente y puedo sentir que Justin me coge de la mano y la aprieta dulcemente. Miro a Linds de nuevo. “Lo estaré.”
Nos besa a ambos en la mejilla y luego nos sonríe juguetonamente. “Nada de volver a follar en mi cama” tiembla ligeramente y todos reímos.
Mirando alrededor del jardín veo que nuestros invitados han empezado a jugar a los juegos y tengo que reírme de algunas de las cosas ridículas que están pasando. Marimacho Mel no parece contenta en absoluto, por el culo bingo. Justin y yo caminamos hacia ella y la beso en la mejilla. “Hola, mama oso.”
Se gira hacia mi y gruñe; “¿Brian? ¿Culo bingo? Creo que has llevado esto demasiado lejos.”
Intento contener una carcajada pero sale alta y de corazón. “Ah, no te llamo Mamá oso por nada. Vigila ese gruñido.” Me frunce el ceño.
Le agarro el hombro dulcemente y la guío hacia otro juego. Es un maniquí de mujer con las tetas dibujadas y un vibrador de verdad sobresaliendo. Le tiendo tres aros. “Este, este juego debe encajar más con tu estilo.” Me gruñe pero puedo ver la sonrisa en sus ojos. La hablo lentamente pronunciando cada sílaba. “Es una chavala con una polla; todos sabemos que tú crees tener una. Aunque tus pelotas nunca serán más grandes que las mías.”
Melanie me mira un momento y veo que sus labios se curvan en una sonrisa y ríe juguetonamente, golpeándome en el hombro. “Que te jodan, Brian.”
Me estremezco por el pensamiento y luego me agacho a su oído y siseo, “No eres mi tipo.”
Dice sin respiración, “Gilipollas,” me aparto y río por lo bajo traviesamente.
Justin me sonríe negando con la cabeza y me coge la mano de nuevo. “Vamos, semental, vamos a jugar.” Mueve las cejas lamiéndose los dientes flirteando y siento como mi polla empieza a endurecerse de nuevo. Suelto la mano de Justin y envuelvo sus hombros con mis brazos, presionando mi polla dura contra su culo.
El gira la cabeza y ríe. “¿Nunca tienes suficiente?” dice imitando el tono de Lindsay antes. Ambos nos sonreímos y él aprieta firmemente su culo contra mi polla que se agita.
Dejo escapar un gemido. “Si sigues con eso tendré que follarte aquí mismo.”
Ríe apartándose. “No lo creo. Vamos.”
Me guía hacia una tienda de campaña en el lateral del jardín. Comienzo a tener una sensación extraña en el fondo del estómago. No recuerdo nada de una tienda en nuestros planes. Siento una presión en el pecho y se que va a pasar algo de gran relevancia. La idea de lo desconocido me asusta ligeramente pero no lo confesaré nuca.
Acercándome a la tienda siento que mi corazón se acelera. Justin me mira interrogante. “¿Estás bien?”
“Sí,” contesto bastante tímidamente sintiendo mi corazón latir cada vez más deprisa. Al acercarnos a la tienda un leve aroma a sándalo llena el aire. Justin me empuja dentro de la tienda y le sigo dudoso. Oigo una risilla y miro a mí alrededor. Crystal me mira. Sus ojos verdes brillan con deleite. Está sentada junto a una mesa circular cubierta por un mantel de terciopelo púrpura con un pentágono. Varias velas alumbran el espacio. La tienda está llena con el aroma del incienso.
Inspiro profundamente temiendo lo que va a venir.
Crystal se inclina hacia delante sonriendo. “Esperaba que vinieseis para una lectura.” Golpea el mazo de cartas contra la mesa luego nos hace gestos para que nos sentemos y por una extraña razón lo hago.
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