Eternity (in Spanish)
Capítulo 11
Justin POV
La puerta del loft se cierra de un portazo y siento toda mi determinación desmoronarse. ¿Cómo he podido ser tan ingenuo? ¿Hubo señales que ignoré? Debería haber sabido que era Brian; ¿Cómo no? Cojo un paquete de cigarrillos y enciendo uno, inhalo profundamente, dejando que el humo queme mis pulmones.
Me acerco al óleo y estudio más intensamente la pintura mientras doy otra calada a mi cigarrillo. Dejo que mis ojos viajen por cada rasgo y emoción del joven que está ante mí. Estoy asombrado de cómo no me he dado cuenta antes. El pelo y los ojos son diferentes pero la estructura de la cara sigue siendo básicamente la misma. Miro más profundamente a los ojos verdes y veo un inquietante deseo de ser amado y querer amar a cambio.
He visto eso en Brian, a pesar de que principalmente él ha dejado esos sentimientos y emociones de lado. Me pregunto si yo tuve algo que ver con eso. Si ese único error que cometí cambio su vida para siempre. La tristeza me invade y me asombra por un segundo sentir lo que siente Brian; su dolor, su deseo de venganza y amor al mismo tiempo. Estoy muy enfadado conmigo por ser el que le hizo romperse completamente.
Me llevo las yemas a los labios y las beso, posándolas en el óleo, sobre los rasgos de Brian. “Te amo, Brian. No puedo perderte; eres el único que siempre he querido y necesitado. Creo que desde el principio, cuando nos conocimos en Babylon, lo supe. Me eras tan familiar pero nunca pude creer del todo que volverías a mi”
Las lágrimas empapan mis mejillas y trato de contener el gimoteo que se escapa de mis labios. Lloro por los adolescentes que una vez fuimos y por los adultos reprimidos en que nos hemos convertido. Siempre ame tanto a mi primer amor que me obligué a dejar de pensar en él. Tenía que pasar página y necesitaba estar al completo para Ethan, sin guardarme nada. Miro a mi desnuda mano derecha, solo la débil hendidura de donde estuvo el anillo de Ethan permanece.
Soy sacado de mis pensamientos cuando oigo un movimiento en el loft. Mi corazón salta deseando contra toda esperanza que Brian haya vuelto a casa; que podamos remendar este malentendido. Miro a la cocina y a la sala pero todo está quieto y tranquilo. Me doy cuenta de que el movimiento viene del dormitorio y subo los escalones lentamente con una sonrisilla en mi cara “Veo que me has echado de menos” digo juguetonamente. Me sorprende ver que aquí no hay nadie. Miro frenéticamente por toda la habitación y me giro para ver el resto del loft pero también está vacío. Entro al baño y abro la puerta notando enseguida que allí no hay nadie.
Oigo otro ruido y me quedo paralizado. Ni siquiera soy capaz de comprender la sensación de familiaridad que siento en este momento. Una lágrima cae por mi mejilla mientras el sonido se hace más alto pero más relajante. Me dejo sentir todas las emociones que la música del sensual violín me evoca. Poso la cabeza en las manos y lloro en silencio.
Estiro la cabeza y la giro, veo la forma traslucida de mi difunto amante en pie, a la entrada del dormitorio, tocando su violín. Levanta la cabeza y me guiña un ojo y su voz es como el viento, susurros y tonos bajos. “Por supuesto que te echo de menos. Eres mi musa incluso ahora”
Me sonríe y se mueve graciosamente a mi lado, su forma está bañada en luces brillantes naranja y doradas. Ethan alarga la mano, cogiéndome por la mejilla y su caricia es como plumas que apenas cosquillean en mi piel. Mi cuerpo hormiguea ante la sensación. Me besa en los labios con cariño “Justin, mi amada y talentosa musa, soy tan feliz por ti. Sé que ahora mismo las cosas parecen difíciles pero no quiero que te arrepientas de nada. Por favor, no te preguntes nunca qué pienso o cómo me siento. Ahora estoy por encima de todo esto; tú sigues vivo y eres increíble como siempre. Quiero que vivas; para amar a Brian. Creo que él está preparado y sé que tú lo estás” Me mira profundamente a los ojos y me impresiona la visión de todo en sus translucidas orbitas. “Dios, él es hermoso y ya sabes lo que pienso de ti. Hacéis una pareja impresionante”
Ni siquiera puedo confiar en mi voz para hablar. Puedo sentir el temblor a través de todo mi cuerpo. “Ethan, no puedo. No, si sé que tú lo estás contemplando. No quiero hacerte daño”
Se aparta sonriendo juguetón. “Siempre supe que hubo alguien en tu vida antes que yo. Lo noté la primera vez que hicimos el amor. No, nunca me lo dijiste pero lo sabía” empieza a desvanecerse.
“Ethan” le llamo desesperado. “Por favor, no me dejes. Ahora no, así no. ¿Tratas de hacerme sentir peor por haber pasado página?”
Ethan se ríe. “No, no intento empeorarlo. Sé que capullo engreído puedo ser a veces. A pesar de que lo veías seguías amándome. Me amaste con toda tu alma y todo tu corazón. Me diste una vida maravillosa y ahora me gusta cuidar de ti. Siempre serás parte de mi, Justin y te mereces toda la felicidad del mundo”
“¿Cómo puedo seguir adelante si sé que tú me estás cuidando? No quiero herirte ni siquiera ahora, yo…”
Pone su mano en mis labios temblorosos. “Schhhh” vuelve a sonreírme y su aura se ilumina a su alrededor. “¿Cómo puedes herirme cuando soy yo el que ha vuelto a juntaros de nuevo? Con una pequeña ayuda de tu hijo y de la hija de Brian, por supuesto” Me guiña el ojo y ríe maliciosamente. “estáis hechos el uno para el otro”
Me besa suavemente en la mejilla y se desvanece. Miro al loft vacío mientras la música de violín invade la estancia una última vez. Me quedo con una enorme sonrisa en la cara.
A pesar de que ya no puedo ver a Ethan, siento su amor a mí alrededor. La esencia de rosas y chocolate negro me invade y me sumerjo en los recuerdos de su amor. Estoy tan agradecido de que se preocupe tanto por mí, incluso ahora, dejándome ir. Paso mi mano por mi pelo rubio riendo “¡Joder!” Estoy casi histérico cuando lo pillo del todo. Ethan nos ha reunido.
Susurro “Yo también te amaré siempre” a la brisa nocturna y la feliz risa de Ethan, resuena en el loft.
Vuelvo a la realidad cuando suena el teléfono y corro a cogerlo, esperando desesperadamente que sea Brian. Cojo el auricular y digo sin aliento “¿Brian?”
Oigo una risilla “No, soy Michael”
“Oh. Um. Brian no está aquí pero cuando vuelva puedo…”
Michael me corta a media frase. “Justin, Brian está en mi casa”
“¡Gracias a Dios! Estaba tan preocupado, joder. ¿Está bien? ¿Va a volver a casa?” siento las lágrimas queriendo liberar mis emociones.
“Justin, Brian está destrozado. Está muy borracho y va a quedarse esta noche. Sé que no es mi papel inmiscuirme pero quería que supieses que está a salvo”
Dejo escapar un suspiro de alivio. “Gracias, Michael, estaba preocupadísimo. No nos separamos en muy buenos términos”
“Sí, más o menos me lo contó”
Estoy bastante sorprendido “¿Te lo contó?”
Michael se ríe “Sí, me lo contó” Se calla un momento y luego dice casi vacilante “Cuando Brian llegó aquí estaba bastante colocado. No paraba de divagar sobre haber encontrado al `Único’. Justin, no debería ser yo quien te cuente esto pero vosotros os pertenecéis el uno al otro. Brian te ama; lo ha confesado esta noche. Después de que me lo contara le pregunté que si quería que lo llevase a casa para que te confesase su amor eterno. Dijo que ambos necesitabais tiempo para pensar. Cree que esta vez la ha jodido bien, así que le he dejado pasar la noche aquí”
Digo bajito “No la jodió por completo. Mierda ¿cómo puedo convencerle?” Aclaro el nudo de emociones en mi garganta. “Gracias por llamar y hacerme saber dónde está. Por lo menos puedo sentirme un poco aliviado de saber que está a salvo, aunque creo que no dormiré si no está a mi lado”
“Bien, otra de las razones por las que llamaba era porque pensé que quizá querrías venir y, no sé, inculcarle algo de sentido común”
Dejo escapar un aliento que ni sabía que estaba conteniendo. “Gracias, Michael, estaré allí realmente deprisa. No puedo decirte cuanto significa esto para mi”
Michael ríe. “Creo que me hago a la idea. Ahora trae tu culo aquí, Chico Maravilla”
Río ante el apodo. “¿Sabes, Michael? Nunca entenderé por qué me llamas eso. Tenemos casi la misma edad”
“Sí pero no todos tenemos la suerte de parecer tan jóvenes a los treinta o a los cuarenta, ahora ¡ven aquí y ocúpate de tu novio borracho!” ríe y cuelga.
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Entro sigilosamente en el salón de Mikey y me encaramo a la cama junto a mi amante. Me acurruco despacio a su lado y apoyo mi cabeza en su pecho sintiendo su calor. Dejo que el ritmo de su corazón me arrulle hacia el sueño.
Me despierto de repente por Brian gritándole a Michael que se largue. Me doy cuenta al instante de que aún no me ha visto. Levanto la cabeza y sonrío y él se asombra de verme. Después de que le diga que no voy a dejarle o a jugar a juegos de colegial, ambos yacemos un rato en silencio.
Brian se me pone encima con delicadeza y sonríe “¿Cuánto hacia que lo sabías?”
Le sonrío. “¿Cuánto hace que sé que me amas?” le contesto con suficiencia.
“No, eso no” Palmea mi muslo juguetonamente. “¿Cuánto hace que sabes que era yo?”
Me sonrojo. “No lo supe hasta que no me lo dijiste” Brian se aparta sentándose a horcajadas en mis piernas, me levanto un poco, descansando mis codos sobre la cama, sintiéndome bastante estúpido. “Mierda, Brian, ¿Cómo pude no haber sabido que eras tú?” susurro. “Brian, fue la mejor noche de mi vida y la desperdicie porque temía tanto no volver a verte. Siempre fuiste el único. Siempre fuiste mi luna”
Me sonríe “¿Tu luna?”
Me sonrojo bajando la cabeza y él me sostiene la barbilla para que le mire “Justin, explícate”
“Tú eras aquella entidad increíble, oscura y misteriosa que brillaba en mis noches”
Brian sonríe de manera seductora, baja besándome tiernamente mientras su sonrisa juega con mis labios. Pierdo todo pensamiento y comprensión cuando la lengua de Brian penetra en mi boca dejando que su calor me asegure nuestro amor.
Se aparta riendo cuando sofoco un grito ante la pérdida de contacto. Levanta una ceja. “¿No tienes ni la más mínima curiosidad sobre cuanto hace que lo sé?”
“¿Quieres decir que me lo dirás?”
Brian sonríe malicioso “Puede que sí, puede que no”
“Muy bien” digo vacilante “¿Cuánto hace que lo sabes?”
Brian se inclina besándome nuevamente luego se aparta, acercándose a mi oreja, susurra “Lo supe desde el momento en que te vi”
Me aparto y le miro suspicaz. “¿Sabias quien era en Babylon?”
Sacude la cabeza capturando mis labios en los suyos. Respira contra mi boca y me mira a los ojos. “Supe que te amaba la primera vez que te vi hace todos estos años”
Me siento confuso y perplejo por su confesión pero no quiero romper el hechizo del momento. Estrecho mi mano alrededor de su cuello llevándole hacia un beso apasionado. Se aparta sin aliento de mi beso mientras deposito besos en su mandíbula y en su oreja. “Te amo, te amo, te amo” canto dulcemente a su oído. Brian estrecha sus brazos con fuerza a mí alrededor y me hace el amor con delicadeza mientras me pierdo en su silencioso compromiso.
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