Eternity (in Spanish)

 

 

 

Capítulo 1

 

 

Brian POV

 

El olor a rosas perdura en el aire de la tarde. Normalmente el horrible aroma podría hacer que mi nariz explotara, pero esta noche la sensación es distinta y bastante relajante. Quien podría haber pensado que una boda podría templar mi corazón tanto como esta? Mi niña pequeña tiene 21, completamente crecida y ahora ha dedicado su vida a otro.

 

Parece que fue ayer cuando Lindsay y yo teníamos 18 y experimentamos en el mundo del sexo hetero. Los dos decidimos esa misma noche que era un enorme error, algo para olvidar por siempre que había pasado. Pero el destino tenía otros planes; nueve meses más tarde tuvimos una feliz y vivaz niña. Poco después, Lindsay conoció a Melanie y el resto es historia.

 

Mientras me siento en el balancín del porche de Mel y Lindsay fumando un cigarro doy un trago al vaso de Jim Beam y contemplo la caída de la tarde. Luces blancas brillan a través del jardín y vasos de vino y botellas están esparcidas sobre los manteles granates. Todo eso me recuerda los eventos que nos llevan a este punto.

 

 

+++++

 

 

Ocho meses antes

 

Siento el terror fluir por mi sistema mientas camino hacia casa de las bolleras. Sólo me llaman para que vaya a cenar cuando quieren algo o hay una situación trágica. Inseguro llamo a la puerta, temiéndome lo peor.

 

De repente me sacan de mis pensamientos mientras se abre la puerta y Guinevere se me tira a los brazos, feliz besándome en la mejilla. “Papi, te he echado de menos!”

 

Río en su rubio pelo que huele a fresas. “Yo también te he echado de menos Calabaza. Las mamás no me dijeron que venías a la ciudad.”

 

“Quería que fuera una sorpresa, papi,” ríe en mi oído.

 

Se separa, sonriéndome y entonces es cuando los veo. Las vulgares piezas de metal que violan su nariz, labio y ceja. “Que cojones le ha pasado a tu cara?”

 

Mi testaruda niña iguala el tono hostil de mi voz. “Son piercings Padre.” Mira severamente en mis ojos pero sé que está buscando algún signo de aprobación.

 

“Puedo tener treinta y ocho, pero de ninguna manera nací en la edad de hielo. Sé lo que es un puto piercing.” Entorno mis ojos intentando ejercer mi autoridad como padre, sabiendo muy bien que ya no tengo más ese privilegio porque ahora ya es una mujer. “Lo que no entiendo es por qué coño están en tu cara.” Respiro profundamente y levanto la ceja antes de hacerle la próxima pregunta con cuidado. “No tienes nada más perforado verdad?”

 

Empieza a ponerse roja y puedo ver sin que me conteste que sí.

 

“Oh dios! No! Ewww, ni siquiera quiero oírlo!” Puedo sentir todo mi cuerpo encogerse. “Eso es simplemente asqueroso, Gwen!”

 

“Bueno entonces no deberías haber preguntado,” dice juguetona, acariciando mi mejilla, como hace su madre. Se parecen tanto en tantas cosas. “Sabes que sigues queriéndome, Papi.”

 

Se va caminando y estudio el vestido que lleva, sin creerme que mi niñita ha crecido y es capaz de tomar decisiones por sí misma. Si siguiera bajo el techo de sus madres de ninguna manera la dejaríamos ninguno llevar ese vestido granate con encaje negro. Parece sacado directamente de una película de vampiros.

 

“Que llevas puesto en nombre de dios?” frunzo el ceño.

 

“Supéralo, papá. Es vampírico y me gusta, así que déjame en paz de una puta vez.” Sonríe, luego me guiña el ojo.

 

Si, definitivamente es una Kinney hasta la médula. Somos un grupo de cabezotas. Sonrío mi aprobación y la beso en la mejilla. “Sigo queriéndote Calabaza, incluso aunque parezcas un bicho raro.”

 

“Que te jodan,” ríe, dándome en el hombro. No puedo evitar esquivarla y reírme con ella, sabiendo que todo está bien entre nosotros.

 

“Brian!” Lindsay llega, besándome en la mejilla y sonriendo de oreja a oreja. “Puedes creerlo? Nuestra hija ya es mayor.”

 

“No, no puedo, pero joder Lindsay, mírala. Con esa pinta parece que debiera estar en un grupo de heavy metal.”

 

Lindsay me acaricia la mejilla. “Ya Brian, sólo está disfrutando de su juventud, así que cálmate y déjala.”

 

Con el rabillo del ojo veo a Guinevere sonriéndome. “Un grupo de heavy metal eh, papá? Estoy alucinada de que sepas que es eso a tu edad. Gracias por la sugerencia, puede que haga eso.”

 

“Te aseguro que no lo harás!” ladro, sonando más severo de lo que quiero.

 

Ella se ríe y me hace burla. “Dios papá, de verdad eres tan fácil? Estaba vacilándote.”

 

“No soy fácil, sólo me gusta compartir lo bien dotado que estoy con todos los hombres guapos de Liberty Avenue,” respondo con la lengua en la mejilla.

 

Mirando a través veo a Melanie con una expresión de disgusto en la cara. “Jesús Brian, no vas a crecer nunca?”

 

“Melanie, como siempre es un placer verte.” El sarcasmo sale de mis labios.

 

Lindsay pone los ojos en blanco y ríe. “Brian, para. Sólo siéntate y cena con nosotros. Guinevere dice que tiene algo importante que decirnos. He tenido que esperar todo el día porque se negaba a decírmelo hasta que estuviéramos todos juntos. Se parece tanto a ti, Brian; una cabezona de muerte.”

 

“Bueno, entonces tiene algunas de mis mejores cualidades. Hablando de niños, donde está Gus?”

 

“Hey papá!”

 

Le doy un abrazo y me doy cuenta de lo alto que está. “Joder chaval, casi estás tan alto como yo. Cuando fue la última vez que te vi?”

 

“Papá! Me viste ayer.”

 

“Has debido crecer como cinco centímetros desde entonces.”

 

Gus se gira hacia Gwen. “Qué coño le pasa?”

 

Ella ríe y en broma le golpea en la espalda. “Creo que papá simplemente se siente viejo. Yo estoy en la universidad y tú en el último curso de colegio. Es el final del mundo ante los ojos de papá.”

 

Los miro con todo el amor paternal que puedo mostrarles y me siento en la mesa a cenar con mi familia.

 

Después de un par de vasos de vino me siento relajado y es entonces cuando Gwen nos da las grandes noticias. “Me voy a casar.”

 

La mandíbula casi se me cae al suelo. “Que vas a qué?”

 

Nos enseña el rubí de su dedo y siento que el corazón se me cae ante la realización de que mi niñita ya es mayor. Preferiría no admitirlo, pero lo es, y no hay nada que pueda hacer o decir al respecto.

 

Me sonríe a través de la mesa y todavía puedo ver la dulce e inocente niña de 6 años que estaba llena de preguntas y entusiasmada ante la vida. Ahora con veinte es una joven inteligente que sabe lo que quiere y va a por ello, sin importar lo que yo diga.

 

“El es maravilloso! Le vais a adorar. Nos parecemos muchísimo. Jonathan también creció con padres gays.” Sonríe de oreja a oreja y puedo saber que es feliz.

 

Sólo espero que yo pueda ser feliz sabiendo que mi niña ya no es mía. Me levanto de la mesa, besándola en la frente y susurrándola en el oído. “Espero que te haga feliz.” Entonces salgo al porche y enciendo un cigarrillo pensando en lo que acaba de pasar y los eventos que vendrán a consecuencia de la boda.

 

Gwen sale al patio, envolviendo en silencio mi cintura con sus brazos. Coge el cigarro de mi mano y fuma, dejando que el humo se escape de sus labios. Me sonríe y veo la niña que un día fue y la mujer que es ahora. “Papá, quiero que tú me entregues.”

 

La beso en la mejilla. “Por supuesto que lo haré Calabaza.”

 

Me separo para mirarla en los ojos castaños, luego sonrío maliciosamente. “Incluso si es una unión hetero. Estaré allí para entregarte.”

 

Ella sonríe de manera brillante. “Le vas a adorar, papi. Es maravilloso.”

 

“Tiene apellido el príncipe encantador?”

 

“Taylor, Jonathan Taylor.” Me mira con picardía en sus ojos. “Conocí a su padre el fin de semana pasado. Es una monada. Creo que vosotros dos podríais hacer buenas migas.”

 

“Sabes que no tengo relaciones ni novios. Por qué estás intentando liarme?”

 

Se encoje de hombros. “Te quiero papi, sin ofender, ya no estás tan joven. Cuánto tiempo más podrás ser el semental de Liberty Avenue?” la preocupación es grande en sus ojos. “Supongo que simplemente me preocupo por ti. Cuando conocí a Justin tuve la sensación de que podría ser el definitivo para ti.”

 

Me separo del abrazo y miro profundamente dentro de su alma y puedo notar que está preparando algo.

 

Me aclaro la garganta y pregunto. “Guinevere, que cojones has hecho?”

 

Se balancea de un pie a otro. “Le dije algo como que tenía un padre muy guapo y disponible,” dice rápidamente mientras me guiña el ojo y corre dentro de la casa.

 

“Por favor, dime que no hiciste eso!” le grito. Rápidamente apago el cigarro y sigo el sonido de su risa.

 

Guinevere intenta desesperadamente librarse de mi agarrón, olvidando que Gus está al lado.

Le hago un gesto con la cabeza y él me sonríe traviesamente y me guiña un ojo mientras la tira al suelo.

 

Mirando hacia abajo a mis niños me tomo un momento y agradezco lo afortunado que soy de tenerlos en mi vida. Gus me mira riéndose mientras le hace cosquillas a su hermana mayor, entonces me echo en el suelo y le ayudo. Seguimos con el ataque de cosquillas hasta que grita pidiendo clemencia a través de risas y lágrimas. Los tres rodamos por el suelo riendo y jugando como críos.

 

La voz de Lindsay se abre paso entre nuestras risas, “Vale niños, se hace tarde, a la cama!” me guiña el ojo y luego se ríe.

 

“Pero mami, no eres nada divertida,” digo cogiéndola y tirando de ella hacia el suelo con nosotros.

 

Son momentos como estos los que me gustaría disfrutar para siempre.


 

Return to Eternity